El Ikebana, también conocido como Kadō -el camino de la flor- es una forma de arte desarrollada en Japón y forma parte de las artes tradicionales japonesas junto con la ceremonia del té, la caligrafía y el uso del kimono. El Ikebana se desarrolló originalmente para las ofrendas florales y al principio estaba reservado exclusivamente a los hombres. Más tarde, también se enseñó a las mujeres de la aristocracia. Hoy en día, este arte se practica en todo el mundo y muchos lo consideran un pasatiempo creativo para arreglar flores de forma elegante y festiva
Sin embargo, el Ikebana no consiste simplemente en embellecer un arreglo floral. El concepto básico del Ikebana es la conexión entre el cielo, la tierra y las personas. Los arreglos florales siguen una estética diferente a la que estamos acostumbrados.
El Ikebana da al creador la oportunidad de expresarse.
El artista trabaja según un patrón de diseño especial que difiere según uno de los muchos maestros y la estación del año. Las combinaciones de colores, las formas, las líneas y los significados del material vegetal desempeñan un papel importante.
A través del arreglo, el artista representa su relación con la naturaleza, pero también los sentimientos que le mueven al crear el arreglo floral.
Aunque la disposición de las flores sigue reglas fijas, la selección y disposición de las flores y demás material vegetal permite al artista crear su propia interpretación.
El jarrón Japonica se diseñó según los principios ancestrales del ikebana. Este jarrón resalta la belleza natural de las flores y plantas y, al mismo tiempo, estimula la creatividad de su propietario.
Gracias a sus formas sencillas, el Japonica encaja en cualquier habitación. La creatividad a la hora de arreglar flores no tiene límites y no se necesitan conocimientos previos para crear decoraciones originales con este jarrón.
Mientras que con los jarrones convencionales suele ser difícil disponer un ramo de forma que despliegue todo su efecto, o colocar una sola flor de forma que se muestre toda su belleza, con el Japonica es mucho más fácil.
Basta con cortar el tallo de la flor recto y colocarlo en la cabeza de la Japonica. Las flores se mantendrán erguidas, tal y como usted desea. Las gramíneas también se pueden plantar de esta forma.
El hecho de que las flores no estén con gran parte del tallo en agua, como en un jarrón convencional, también significa que duran más. La flor sólo absorbe a través del tallo la cantidad de agua que realmente necesita.
La Japonica se puede lavar a mano, la cabeza enchufable se limpia mejor con un cepillo de vajilla.